Tal
como se venía especulando en las últimas semanas, el Gobierno ha acordado en el
Consejo de Ministros de hoy la restauración del Impuesto sobre el Patrimonio. Vuelve
así una figura impositiva que se eliminó en el año 2.008 cuando desapareció la
obligación de su presentación, pero sin que se llegara a derogar formalmente,
lo que ha permitido su rápida recuperación.
La
reintroducción del Impuesto sobre el Patrimonio en nuestro panorama fiscal se hace
con carácter temporal, pues a falta de lo que establezca el nuevo gobierno que
salga de las elecciones del 20 de noviembre, sólo estará vigente en los
ejercicios 2.011 y 2.012.
La
regulación del Impuesto se realizará en base a la normativa que estaba vigente
en 2.008 salvo por dos modificaciones de gran importancia: el
mínimo exento por debajo del cual los contribuyentes no tendrán que presentar
el impuesto se eleva a 700.000 euros, y la exención a la hora de valorar la
vivienda habitual se fija en 300.000 euros. Debemos considerar además, que en
caso de matrimonio, tanto el mínimo exento como la exención por la vivienda
habitual se aplica a cada cónyuge por separado.
Mediante esta medida,
que según los cálculos del Gobierno afectará a 160.000 contribuyentes, se
esperan recaudar 1.080 millones de euros que irán a parar a las arcas de las comunidades
autónomas.
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