sábado, 31 de marzo de 2012

El Gobierno presenta los presupuestos de 2012



Tras una larga espera y en medio de una gran expectación el Gobierno presentó ayer en Consejo de Ministros el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012.

Tal como se esperaba, los Presupuestos presentados son enormemente restrictivos para poder cumplir con la enorme reducción del déficit comprometida con la Unión Europea para el ejercicio 2012, y que equivale a 3,2 puntos porcentuales de PIB, o lo que es lo mismo, 27.300 millones de euros.

REDUCCIÓN DEL GASTO PÚBLICO

Desde el punto de vista de los gastos se produce una importante reducción en numerosas partidas, manteniéndose las partidas destinadas a desempleo. Los recortes más importantes son los siguientes:
  • Reducción del presupuesto de los ministerios en un 16,9%.
  • Recorte de las inversiones reales del 19,6%, es decir, 4.679 millones de euros.
  • Las Políticas Activas de Empleo (entre ellas la formación a desempleados) se recortan en 1.557 millones de euros.
  • Reducción de las transferencias en educación de 530 millones de euros.
  • Eliminación del Fondo de Integración de Inmigrantes.
  • La Ayuda Oficial al Desarrollo se reduce a casi la mitad y la aportación a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo baja en 594 millones de euros.
  • El Fondo del Agua se reduce en 795 millones de euros.
  • Las Ayudas para acceso a la vivienda se recortan en 322 millones de euros.
INCREMENTO DE IMPUESTOS

Para poder cuadrar el presupuesto también se han aprobado una serie de modificaciones impositivas, que tras la subida del IRPF aprobada el pasado 30 de diciembre, se han centrado en este caso en el Impuesto sobre Sociedades. Así se espera una subida en la recaudación por este impuesto del 22,2%. Las medidas aprobadas en el marco del impuesto de sociedades son las siguientes:
  • Reducción del porcentaje de amortización del fondo de comercio para los años 2012 y 2013, minorándose el límite máximo del 5% al 1%.
  • Eliminación de la libertad de amortización. Únicamente podrá ser aplicado por pymes que creen empleo. Asimismo se limitará este beneficio fiscal incluso a las inversiones realizadas antes de la entrada en vigor de esta modificación.
  • Limitación de los gastos financieros deducibles por las empresas. Los gastos financieros que superen el millón de euros sólo serán deducibles hasta el 30% del resultado del ejercicio. Las cantidades que no se puedan deducir en un ejercicio podrán serlo en los dieciocho ejercicios siguientes.
  • Limitación de las deducciones del impuesto en los años 2012 y 2013. El actual límite general de las deducciones pasa del 35% al 25%. En el caso de que la deducción por actividades de I+D supere el 10% de de cuota, el límite actual del 60% baja al 50%.
  • Se establece una exención parcial en la venta de participaciones de entidades no residentes.
  • Modificación del los pagos fraccionados para grandes empresas durante 2012 y 2013. Las empresas que tengan un resultado contable superior a los 20 millones de euros tendrán que satisfacer un pago fraccionado mínimo de entre el 4% y el 8%. Además en el próximo pago fraccionado a realizar el próximo día 20 de abril se aplicará un tipo del 4% sobre el resultado contable.
AMNISTÍA FISCAL

Con objeto de aumentar la recaudación fiscal a toda costa y siguiendo la senda de otros países como Italia y Reino Unido, se han aprobado medidas muy discutibles que en la práctica suponen la amnistía fiscal para ciertas rentas. Se prevé que Hacienda endurezca el régimen sancionador tributario en 2013. así se podran efectuar dos tipos de regulaciones:
  • Se permite la regularización de rentas no declaradas en el IRPF, Impuesto de Sociedades e Impuesto sobre la Renta de los No Residentes, de tal forma que pagando un gravamen complementario del 10% antes del 30 de noviembre se evitará la sanción.
  • Se crea un gravamen específico del 8% para los dividendos de sociedades extranjeras radicadas en paraísos fiscales que se repatríen antes del 31 de diciembre de 2012.
OTRAS MEDIDAS APROBADAS
  • Por un lado se aprueba un aumento del recibo de la luz, que será: del 7% para usuarios domésticos, del 4,1% para pymes, del 2,78% para industria media y del 0,91% para la gran industria. Asimismo el gas sube el 5% y de la bombona de butano el 2,9%.
  • Se abre la puerta al copago judicial mediante la propuesta de incrementar las tasas judiciales. Estas tasas se pagan por acudir a juicio o plantear un recurso contra una sentencia. En la actualidad sólo las pagan las empresas que superen un determinado volumen de facturación. Esta propuesta plantea que se extienda su pago a la generalidad de los ciudadanos, así como un fuerte incremento de su importe.
Para hacer frente a los compromisos adquiridos con nuestros socios de la Unión Europea y a la presión que sobre la deuda española ejercen los mercados financieros internacionales, el Gobierno ha preparado los presupuestos más restrictivos de la democracia.

La cuestión capital es saber si unos presupuestos tan austeros, en un marco de enormes subidas de impuestos, costes energéticos en máximos históricos, una sequía crediticia absoluta, y una confianza de consumidores y empresas bajo mínimos; no harán sino agravar aún más la recesión, incrementando todavía más la terrorífica tasa de paro que padecemos y alejando sine die la salida de la peor crisis económica de nuestra historia reciente.

Puede que los recortes sean necesarios, pero aun más necesario es que nuestra economía encuentre rápidamente la senda del crecimiento, no nos podemos permitir una década perdida, porque como ya avisó el gran economista John Maynard Keynes: “a largo plazo todos estaremos muertos”.

2 comentarios:

SergyP dijo...

Su texto me deja un sabor agridulce. Por un lado es una buena exposición de las medidas más duras de los presupuestos generales de este año, por otro lado deja enternder que hay una especie de plan B.

Es triste reconocerlo, pero hemos llegado a una situación que ya no admite marcha atrás. Las medidas son duras, muy duras, y en un entorno donde la inversión privada es prácticamente nula sin duda van a traer problemas a corto plazo (previsiblemente una caída del PIB e incluso aumento del paro). Pero seguir como hasta ahora y esperar "a ver si escampa" iba a ser mucho peor.

Se ingresa menos de lo que se gasta, por lo que mantener el nivel de gasto debería hacerse mediante el aumento de la deuda. Esto tiene dos consecuencias claras: pérdida paulatina de capacidad de endeudamiento (a la larga el grifo se acabaría cerrando) e, irónicamente, incremento del gasto ya que una parte aún mayor de los presupuestos irían a pagar los intereses de la deuda. Obviamente esta es la ruta sencilla, se tira de talonario y ya acomoteremos las medidas necesarias otro día, pero a la larga sería mucho peor. ¿Década perdida? ¿Que tal generación perdida?

La situación española se asemeja al dilema al que se enfrenta alguien que de pronto se queda en el paro y no puede afrontar los pagos de la hipoteca: puede vender (perdiendo dinero) y reducir considerablemente su calidad de vida o puede quedarse en el piso y ver que pasa. A corto plazo quedarse es más beneficioso: no tiene que pagar alquiler o hipoteca, "conserva" el piso y nadie le va a molestar en unos buenos dos años. A la larga se va a ver sin piso, en la calle (como habría estado el primer día) y con una deuda mucho mayor de lo que habría supuesto venderlo (vas listo si esperas conseguir buen precio en subasta judicial). Siguiendo con el símil, España no es ese parado que tiene que decidir, España lleva ya un par de años sin pagar y la polizei le está ya picando la puerta con una orden de desahucio en la mano. Eso sí, España sigue ahí, debatiéndose entre entregarse o agarrar la bombona de butano y a ver quien tiene huevos de entrar a sacarlo...

Pablo Roselló dijo...

Estimado lector, como bien sabe la economía dista mucho de ser una ciencia exacta, con lo cual existen múltiples posibilidades de afrontar un problema o si lo prefiere planes de acción alternativos.
Somos conscientes de que la situación es desesperada, que no es viable realizar una política de estímulos económicos puesto que la caja esta vacía, y de que hay que hacer los ajustes necesarios para que la economía vuelva a ser competitiva.
Todo eso es cierto, pero lo que hay que ver es si este calendario de ajustes es viable y valorar el riesgo de entrar en una espiral de decrecimiento alimentada por el aumento del paro, de los impuestos y la bajada del consumo, la inversión y el gasto público.
La historia económica reciente nos muestra que ningún país ha sido capaz de conseguir reducir su déficit público en tan poco tiempo como se exige a España. Pero es más, lo mismos mercados tampoco creen posible alcanzar los objetivos de déficit, porque saben que si no crecemos jamás podremos pagar nuestra deuda, esa es la causa de la tensión actual en la prima de riesgo.
Desafortunadamente puesto que no contamos ni con la política económica ni con la fiscal para poder afrontar esta situación sólo cabe una posibilidad: recurrir a la Unión Europea para flexibilizar los objetivos de déficit y poner en marcha mecanismos que rebajen los costes de financiación de la deuda (eurobonos), porque en última instancia si a España le va mal, a Europa también le irá mal.

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